Todas las joyas SCHERNING están hechas a mano.

En sus talleres de Copenhague y Portugal, las joyas son procesadas de principio a fin por manos expertas.

Cada pieza de joyería es única.

Las joyas se tratan con cuidado desde la fundición hasta la decoración y la cocción, y todos los procesos se realizan a mano.

Como parte natural del proceso, pueden producirse ligeras variaciones de una pieza a otra.

Los colgantes de porcelana se funden en sus propios moldes, donde, una vez endurecidos, se envían al proceso de cocción.

Cada colgante se quema un total de tres veces. Entre cocciones, cada pieza individual se revisa y pule a mano. Los colgantes se decoran antes de la tercera y última cocción.

Cada joya individual se manipula innumerables veces antes de que los colgantes de porcelana estén finalmente listos para convertirse en una joya SCHERNING única.

Scherning valora la buena artesanía y el cuidado y el esfuerzo son valores clave en su producción de joyas.